Descubre lo esencial de la dermatitis de las manos y muñecas, desde los síntomas y las causas subyacentes hasta los tratamientos eficaces y las estrategias de cuidado diario
Contenido
La dermatitis de las manos es una afección heterogénea que engloba todos los eccemas localizados en las manos y muñecas, con diversas causas, formas clínicas y duraciones [1]. Esta afección afecta al 9,1 % de la población general [2].
Como enfermedad cutánea inflamatoria crónica, la dermatitis puede repercutir significativamente en la calidad de vida diaria, ya que sus síntomas a menudo perturban las actividades manuales y afectan a la vida profesional, social y familiar, así como al sueño y al bienestar [1,2].
Con frecuencia, la dermatitis de las manos se desencadena o agrava por factores ocupacionales, y suele afectar a personas con actividad profesional o niños [1].
Por definición, la dermatitis aguda de las manos dura menos de 3 meses y no se produce más de 1 vez al año, mientras que la dermatitis crónica dura más de 3 meses o se produce 2 o más veces al año [1,2].
Los síntomas de la dermatitis de las manos varían según el estadio de la enfermedad:
- En la fase aguda, la piel puede mostrar rojeces, hinchazón, máculas, pápulas, vesículas, exudado y costras.
- En la fase crónica, los síntomas principales son descamación, hiperqueratosis (engrosamiento de la capa externa de la piel), liquenificación y fisuras.
Estas lesiones se acompañan de signos subjetivos como comezón, sensación de quemazón, dolor, alteración del sueño y trastornos del estado de ánimo. Además, el aspecto estético de determinadas lesiones (escamas, hiperqueratosis y vesículas) puede producir vergüenza o hasta dificultades sociales o psicológicas.
Las causas de la dermatitis de las manos y muñecas son multifactoriales y complejas.
Las causas de la dermatitis de las manos pueden estar relacionadas con factores individuales que provocan alteraciones en la barrera cutánea, haciéndola permeable a factores alergénicos e irritantes y provocando reacciones inmunitarias anormales. Los individuos con dermatitis atópica, especialmente aquellos con mutaciones del gen de la filagrina, son más propensos a desarrollar dermatitis de las manos.
Los factores ambientales tales como el contacto con el agua, trabajar en un entorno húmedo, y las irritaciones físicas o químicas pueden desencadenar o agravar los síntomas de la dermatitis de las manos. Las condiciones meteorológicas frías y secas, así como los bajos niveles de humedad interior, son otros factores implicados. La dermatitis de contacto irritativa puede favorecer la dermatitis alérgica al hacer que la piel sea permeable a los alérgenos.
El médico debe recopilar el historial médico, explorar los hábitos personales y profesionales con riesgo de exposición, y examinar las manos y el resto de la piel.
Las pruebas localizadas, o pruebas epicutáneas, ayudan a identificar las alergias y diagnosticar el eccema de contacto. Los médicos proceden a su realización en los siguientes casos:
Estas pruebas identifican los alérgenos de la urticaria y la dermatitis de contacto por proteínas.
A veces, el diagnóstico de la dermatitis de las manos puede requerir pruebas adicionales (pruebas de detección de infecciones o biopsias cutáneas).
Las formas clínicas y los síntomas de la dermatitis de las manos no reflejan las causas de la enfermedad. De ahí que los médicos utilicen las causas de la dermatitis y una descripción de los síntomas para su clasificación.
Pueden ser necesarios varios subdiagnósticos para caracterizar la dermatitis. Pueden cambiar con el tiempo.
La forma más común de dermatitis de las manos, la dermatitis irritativa, se asocia a la exposición a irritantes domésticos o profesionales. Los síntomas suelen localizarse en el dorso de los dedos y las manos.
Esta dermatitis está relacionada con la exposición a factores alergénicos. Los síntomas de la dermatitis alérgica suelen afectar a las yemas de los dedos o las palmas de las manos.
La dermatitis atópica de las manos suele empezar en la infancia y afecta al dorso de las manos, las muñecas, las palmas y los espacios entre los dedos.
Esta dermatitis, causada por la exposición a proteínas, comienza con una erupción similar a la urticaria en las zonas expuestas y puede diseminarse.
Se caracteriza por piel gruesa, fisuras y dolor, con comezón leve. Afecta básicamente a las palmas de las manos.
La dishidrosis es un tipo de eccema que afecta a los dedos y las palmas de las manos, y se caracteriza por erupciones cíclicas con numerosas vesículas y comezón intensa.
A menudo asociada al eccema atópico, la dermatitis numular suele afectar al dorso de las manos, con piel seca y comezón intensa.
Esta dermatitis afecta sobre todo a las yemas de los dedos, con adelgazamiento de la piel, dolor y comezón leve.
El tratamiento de la dermatitis de las manos consiste en identificar y evitar los factores ambientales en juego (alérgenos, agentes irritantes y proteínas). El tratamiento debe adaptarse según el estadio de la enfermedad, las causas, la morfología y las ubicaciones. Es esencial eliminar los emolientes que contengan sustancias alergénicas.
Hidratar y cuidar la piel con emolientes ayuda a restaurar y mantener la barrera cutánea. La elección del emoliente debe tener en cuenta las preferencias individuales, evitando siempre los alérgenos.
Los corticosteroides, aplicados 1 vez al día, son el primer tratamiento a corto plazo de la dermatitis. Un uso intermitente a largo plazo puede ser útil como tratamiento de mantenimiento.
El tacrolimus y/o el pimecrolimus pueden utilizarse en caso de ineficacia o efectos secundarios de los corticosteroides tópicos (sobre todo adelgazamiento de la piel).
La fototerapia puede utilizarse en adultos con dermatitis crónica refractarios a los corticosteroides.
Se recetan en algunos casos:
El manejo diario de la dermatitis de las manos incluye medidas de prevención, consejos prácticos y cuidados de la piel adaptados. Evitar los factores ambientales domésticos y laborales es la base de la prevención de la dermatitis.
Por lo tanto, la prevención de la dermatitis de las manos debe empezar en la escuela, con una atención especial a los niños con trastornos atópicos, que tienen más probabilidades de desarrollar eccema de manos más adelante[3]
La prevención laboral en entornos de riesgo (peluqueros, cuidadores, trabajadores del metal, etc.) es crucial. Se trata de prevenir la exposición a irritantes, capacitar para adoptar medidas de protección adecuadas y usar equipos de protección. Por ejemplo, evita usar anillos si trabajas en condiciones húmedas.
He aquí algunos consejos prácticos para los lavados de manos, que son esenciales para eliminar las sustancias nocivas pero pueden contribuir a la dermatitis si son demasiado frecuentes:
Es imprescindible utilizar guantes de protección para los trabajos en condiciones húmedas y el contacto con sustancias irritantes. Elige guantes adecuados y mantenlos intactos, limpios y secos por dentro. El uso de guantes debe limitarse en el tiempo para reducir los riesgos de dermatitis irritativa por fricción y sudoración.
Aplica emolientes varias veces al día en el conjunto de las manos, incluidos los espacios entre los dedos, las yemas de los dedos y el dorso. Utiliza una crema emoliente sin perfume y rica en lípidos para una hidratación óptima, especialmente antes de acostarte.
Referencias:
1. Agner T, Elsner P. Hand eczema: epidemiology, prognosis and prevention. J Eur Acad Dermatol Venereol. Enero de 2020;34 Suppl 1:4-12.
2. Thyssen JP et al. Guidelines for diagnosis, prevention, and treatment of hand eczema. Contact Dermatitis. Mayo de 2022;86(5):357-378.
3. Silvestre Salvador JF et al. Guidelines for the Diagnosis, Treatment, and Prevention of Hand Eczema. Actas Dermosifiliogr (Engl Ed). 2 de enero de 2020;111(1):26-40.